El otro día tuve que justificar mi admiración por la Werner. Llevaba una camiseta de Hildebrand. Me dio vergüenza, parecía que yo era la mayor defensora de la danza contemporánea, yendo con una camiseta suya a clase de danza, encontrándome con Abreu por la calle y reconociendo que la culpable de este blog era yo. No soy tan dada a exponer mis gustos, mis secretos. Soy más tímida de lo que parece.
El caso es que, al hilo, sigo con ese juego de ser la superfan de la danza y de la Werner. Y he preferido unirme a esa enemiga, la vergüenza, y decir, sí, qué pasa, adoro la danza contemporánea, llevo camisetas de la Werner, defiendo la danza en la calle allí donde vaya y a sus grandes creadores y para rematarlo cuelgo un vídeo de la "mismísima" que tenía guardado.
Fue en el Pasillo Verde. Provisional Danza refrescó con su coreografía Calle 4, al agua.
Para quienes no pudieron verlo, ahí va un pedacito.
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