Este año me perdí el Maratón de Danza del Teatro de Madrid. No se puede estar en todas partes.
Sé que habría disfrutado con la coreografía que ha montado Nicolas Rambaud. Sólo con las fotos de
Emilio Tenorio me hago una idea. Además, esta vez no se ha empeñado en vestirlos lo más desfavorecidos posible. ¡De negro y con gabardina!, estaban guapos, no como cuando tuvimos que vestirnos de futbolistas... Son varios los motivos por los que merecía la pena estar ahí. Pero elegí Valladolid, y elegí bien.
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