miércoles, 24 de enero de 2007

Erre que erre

Erre que erre por dos cosas: una, porque lo que a uno le cansa en la vida, le cabrea, le preocupa, le agobia, le da miedo, le molesta... continúa, hoy día 25 de enero, erre que erre sin cambiar. Te gustaría que todo fuera diferente, que desde el principio todo hubiera sido distinto. No, distinto no, al menos normal. O que por lo menos el tiempo nos permitiera un respiro y una esperanza, confiar en los nuestros y tomar una bocanada de aire de normalidad. Y eso que tú ya diste tus pasos, pero, aun así, qué va, erre que erre...
Y la otra, porque este blog es otra herramienta más para desconectar de esas mierdas que nos trae la vida. Buscamos medios continuamente para la evasión, para quitarnos del medio por unos momentos y abstraernos en algo que no nos machaque la mente. Y gracias a estas pequeñas cosas conseguimos que nada sea tan grave. Siempre creíste que esas tus mierdas eran las peores, pues no, no hay nada tan grave, salvo lo que ya sabemos.
Erre que erre es una compañía barcelonesa que trabaja desde 1996. Avalada por premios y giras por todo el mundo, se definen como un colectivo de colaboradores que experimenta y crea nuevas formas de concebir la danza y el movimiento. Tuve el placer de verlos en La Casa Encendida de Madrid hace tiempo. Ya no me acuerdo de qué obra era, pero recuerdo que me encantó: su escenografía, sus tacones, sus vestiditos, sus movimientos enérgicos, una que provocaba directamente al público, muy bien preparados físicamente, buenos contacts, etc. Pero al día siguiente me llevé uno de mis mayores cabreos como espectadora. Salió la crítica en El País y según mi criterio no acertaba en nada, era una pieza distinta a la que yo había visto. Me cabreé porque no se entendía en este país la verdadera danza contemporánea, lo de siempre.
Más tarde llegó a mis manos un DVD de la revista Travelling sobre cortos. En él me sorprendió Divadlo, un cortometraje de Guillem Morales centrado en esta compañía. Las posibilidades del cine a los pies de la danza. Con todos sus medios, vemos cómo baila este grupo, uno a uno y en conjunto, podemos detenernos en sus movimientos y disfrutarlos bajo la mano del cine.

Espero verlos pronto en escena.
Y a mi "erre que erre" personal por lo menos lo he perdido de vista este rato.

martes, 23 de enero de 2007

Marilyn Monroe

La fotografía y el cine.
Y Marilyn.
Un instante, una imagen, un movimiento captado, sugerir una historia más allá del relato, imaginar, imaginarnos, traspasar, traspasarnos.
Y la sensualidad, la elegancia, la libertad y el misterio.
Los placeres estéticos; los de la sugestión que sobrepasa los límites de cualquier formato.

domingo, 21 de enero de 2007

Ángela y Nico






Una breve reseña para dos profesores de marcado estilo propio y de gran peso en la formación contemporánea y sobre todo de fuerte influencia en mi concepción de esta danza. A Ángela cuesta encontrarla en Internet. Por fin Carmen Senra abrió una página web y ahí está su resumida biografía (dilatada experiencia en clásico, Graham, Horton y sobre todo Limón, el Alvin Ailey, el Dance Espace en Nueva York, así como diversos reconocimientos a su carrera). De Nico sabemos más; sabemos que estuvo en Provisional Danza, que ha obtenido diversos premios, etc. y que hoy día compone buenos espectáculos no sólo para su compañía La Megaló Teatro Móvil sino para el Maratón de Danza de Madrid. Pero como profesores dejan huella. Sus clases siempre repletas, sus alumnos los siguen allá donde vayan, porque con humor y con el gusto por la enseñanza consiguen atrapar a los que necesitamos que se nos pongan los pelos de punta cuando bailamos. Dos estilos muy diferentes y de difícil definición, pero siempre hechos para el disfrute; el de quienes lo ejecutan y el de quienes tienen el placer de verlos.


Jirí Kylian




Kylian dijo de Bella Figura: "Es la pieza más `pacífica´ de cuantas haya hecho; es muy buena para ver, muy balsámica si prefiere el término. Es... bondadosa para con los seres humanos, mira su mejor lado".
Es uno de los mejores coreógrafos, al mando durante años de la compañía holandesa Nederlands Dans Theater, que ha llevado sus obras a compañías como la Nacional de Danza. En esta obra podemos disfrutar de una vertiente de su trabajo, en el que el lirismo en el diseño, el vestuario o la música (barroca) son muestra de una modernidad preciosista de gran nivel. En su trabajo han influido Martha Graham o George Balanchine, pero su lenguaje coreográfico es siempre original y muy rico. Me gusta de estos fragmentos el montaje de grupo, sencillo, pero con una ejecución magnífica, al unísono; la unión con la música, tan importante para Kylian, que enriquece el espectáculo y lo dota de una ternura y delicadeza de lo más evocadora. El vestuario demuestra que, lejos de la idea actual de que en contemporáneo sólo vemos cuerpos desnudos, un pecho desnudo puede ser estético sin pretensiones, porque no tiene por qué distraer del resto, porque puede ayudar a clarificar la belleza. Y esas faldas largas y rojas, como de un salón de época, que se balancean con el movimiento y se inflan con el aire de los desplazamientos. Tenemos unos brazos rectos pero suaves, gestos claros e incluso ruidos; unos cambios de ritmo a juego con la música y unos pasos a dos, a veces más neoclásicos, que recuerdan a las coreografías de Nacho Duato, con una buena, e imprescindible en danza, comunicación entre los bailarines.
Y, sí, es una obra bondadosa, calmante, que nos acuna; como él dice, descubre nuestro mejor lado. Pero este coreógrafo no se queda ahí, en ese territorio bondadoso, sino que en otras obras encontramos el resto del alma humana: "Creo que nuestra tarea como coreógrafos es buscar los extremos de nuestras almas. No tenemos que tratar de encontrar un lugar en el cual sentirnos confortables para mantenernos dando vueltas en ese lugar hasta el momento en que muramos". Encontrémonos en Kylian.

miércoles, 17 de enero de 2007

Pina Bausch

Este blog ha llegado tarde para tantas actuaciones como he visto durante años. Sin embargo, todavía me acuerdo de las que me llamaron la atención o de las que hay algo que decir. Nefés se presentó en el Teatro de la Zarzuela, en el Festival de Otoño, 2006.
Su compañía, Tanztheater Wuppertal , nos trajo una obra desconcertante para mi gusto.
Alguna vez la Bausch dijo:
"No me interesa cómo se mueve el ser humano, sino aquello que lo conmueve". Y efectivamente sus obras conmueven y remueven, también. Nefés tal vez pierde ese carácter agitador porque se alarga demasiado y su estructura coreográfica se repite en solos y dúos que se turnan de manera insistente. Pero conmueve de todas formas. Sus movimientos siguen siendo delicados y muy limpios. Sorprende la gran preparación de unos bailarines que flotan más que bailan y de otro personaje, que también se expresa: el cabello de las mujeres; un elemento recurrente en Pina. Decora toda esta técnica un cúmulo de imágenes, casi fotográficas, de viñetas (muy estéticas), sensaciones, momentos cotidianos, etc. de la vida en Estambul, de las relaciones de poder en las parejas turcas. Pero junto a la crítica al filo más machista está también la alegría, la sensualidad y la inocencia del flirteo o del amor. Llaman la atención los efectos especiales simples, que transforman un pequeño objeto en un todo representado, en un ambiente, como el hammam. Y sobre todo un charco que se va formando en el escenario poco a poco, que va creciendo y que mantiene alerta al espectador, aunque después no se aproveche demasiado. Pero es que me faltó ese poder de conmoción. Maestra en los efectos trágicos, conmovedores y densos, me cuesta adaptarme al polo más positivo, porque se maneja tan bien en la oscuridad...
Ya la vimos en Hable con ella de Pedro Almodóvar y no me canso de verla, cuando con 53 años interpretaba de esta manera
Cafe Müller. No he vuelto a ver unos brazos como los de Pina.

martes, 16 de enero de 2007

Danza en la calle






Revisando mis fotos y vídeos recuerdo que este verano asistí a un espectáculo que ojalá viéramos más a menudo. En el Pasillo Verde, en Madrid, se formó un pequeño corro de gente. A cada actuación había que cambiar de sitio. Daba comienzo un nuevo espectáculo y corríamos para pillar la mejor posición. El escenario, los adoquines; las gradas, el suelo, los focos, el calor del verano y los intérpretes y espectadores, más cerca que nunca. Produce un gran placer escuchar la respiración de los bailarines, oír su contacto con el suelo..., y sé que a ellos también les satisface enormemente bailar con un público a metro y medio de distancia.Martin Inthamoussú tiraba manzanas en su Protect me; Daniel Abreu, con su Cuerpo a tierra, crítica de los excesos urbanísticos, volvió a sorprender con unos movimientos casi animales, Nicolas Rambaud daba rienda suelta a sus acrobacias y gestos, en Fragmento de un discurso amoroso; la elástica y sugerente Mónica García, en Bungaló, quería aprovechar la vida; y Provisional Danza ofrecía gran estética bajo el agua, en Calle 4, una enérgica coreografía de grupo.
Era gratis, era en la calle, eran buenos bailarines. Pero éramos pocos. No sé si faltó promoción, publicidad o, como en muchas otras ocasiones, faltó que la gente se dejara llevar, se dejara seducir por lo que en principio no irían a ver ni aunque los obligaran. Nos faltan más danzacalles, nos falta acercar la danza a quien no la conoce, pero también falta en esto, como en muchas otras cosas, que la gente abra los ojos, los de la mente, y se deje llevar por lo que transmite un arte como éste.

domingo, 14 de enero de 2007

Una deuda con Christine

¿Cómo es posible que una de las mejores formadoras, si no la mejor, de bailarines de danza contemporánea no aparezca en la Red? Tenemos que buscar y buscar, asociar su nombre a otros, hoy de calado en el panorama cultural, para descubrirla ahí discreta en un segundo plano. Ni siquiera el portal danza.es, que dedica una de sus secciones a los personajes elementales para la danza, hace una reseña de Christine Tanguay. Formadora de muchos grandes, como Carmen Werner, Teresa Nieto, Aída Gómez y casi todos los de las mejores compañías, como Provisional Danza, 10 % 10... y asistente coreográfica y repetidora de obras como la que encarna la fotografía (Piel, de Provisional Danza, con Carmen Werner y Vicky P. Miranda en ella), vinculada durante muchos años a la también fundamental escuela Carmen Senra (hoy de capa caída; volveré también a este tema), merece que se hable de ella, porque ha estado siempre ahí, en la evolución de la danza contemporánea en España.
Yo he tenido el placer de conocerla personalmente. Sus clases contienen toda la sabiduría de la experiencia, todo el buen hacer de quien disfruta con su profesión, una fuerte técnica, una necesaria interpretación con todo el cuerpo, los gestos, la mente y todo ello acompañado de la humildad que requiere ser bailarín, ser creador.
Habrá que seguir su pista por otras vías para saber más de ella, para saber de su espero aún larga huella en la danza contemporánea.

viernes, 12 de enero de 2007

Klimt se mueve

Hoy he descubierto algo más en Klimt.
La maravillosa exposición de la Juan March La destrucción creadora
descubre una dura etapa de su creación, en la que su modernidad filosófica y estética se vio injustamente criticada y marginada. No es difícil valorar hoy esa estética y ese pensamiento modernos. Sus figuras muestran en movimiento el ciclo de la vida, de la naturaleza, la creación y la muerte, la búsqueda de la felicidad...; en definitiva, las preguntas que llevan asolando al ser humano a lo largo de sus siglos de existencia. Personajes "sufrientes" o en destrucción, sugestivos o enérgicos, pero siempre en posturas vivientes. Y digo movimiento, porque, a pesar de ser dibujos algo planos, siempre muestran actitudes naturales, orgánicas y evocadoras. Y esto es lo que descubro hoy en Klimt, con la exposición, y que me permite conectarlo con la danza contemporánea. Lo orgánico, el sentido de naturalidad en los movimientos, de evocación del mundo interior de quien los transmiten o crean. La modernidad, lo contemporáneo y la belleza; hoy todo en uno: Klimt. Al margen del significado de la pintura, la figura de la izquierda, de su obra Medicina, es casi una fotografía de una bailarina contemporánea. Deja caer la cabeza en controlado relax, muestra el pecho en release y rompe la cadera, mientras extiende el brazo hacia una serie de figuras flotantes y entrelazadas, de cuyo dolor escapa, que la atraen desde ese devenir natural y orgánico de la vida.

miércoles, 10 de enero de 2007

Graham

El martes comenzamos la clase con unos ejercicios muy simples de contracción, relajación y espirales de Graham. No es muy común en esta nueva clase a la que acudo. Me alegré de recordar estos ejercicios que tanto trabajé en las clases de Christine Tanguay. Al hilo, he de decir que esta última es de las mejores profesoras que me he encontrado. Conoce tu cuerpo, te corrige en función de tus posibilidades y transmite las nociones de esta técnica con una pedagogía inigualable.
Gracias a aquellas clases pude saborear una técnica que lleva décadas en la danza, base de cualquier variación del contemporáneo. Refuerza y permite localizar el centro, tan buscado por los bailarines. Una fortaleza y solidez que permite soltar cuando es necesario, que permite caer al suelo de manera controlada... Además de la técnica, Martha Graham aportó la necesidad de una expresión interior, profunda, de la cara y de todo el cuerpo, que llegara al público, sobre los recovecos tal vez más oscuros del ser humano.
Todo ello definió un nuevo estilo de baile y fijó un estándar del que muchos coreógrafos y bailarines siguen bebiendo hoy día.
Este escueto vídeo, de baja calidad, todo hay que decirlo, muestra algunas de estas cuestiones.
Volveremos a Martha, volveremos a Christine. Es inevitable.

martes, 9 de enero de 2007

Cómo empezar

Por fin "me dejo obligar" a crear un blog de danza contemporánea. Pero ¿qué ha de contener el primer post? No hay de momento ningún espectáculo que quiera comentar, clases a que referirme. No sé cómo abrir un blog del que desconozco realmente su contenido futuro. Tal vez mi propósito sea utilizarlo como excusa para seguir aprendiendo de esta disciplina, transmitir mis conocimientos, etc., pero ¿y si deriva en algo personal? Mejor no decir nada.
Así que llego a la conclusión de que para abrirlo he de poner lo que me tira, lo que siento que necesito poner. Y eso es una foto de Nicolas Rambaud. Tengo varias suyas, de sus acrobacias, espectáculos... pero en ésta se contienen muchas de las cosas de las que ya hablaré más adelante.
Me doy la bienvenida a mí misma y a quien quiera entrar.