Erre que erre por dos cosas: una, porque lo que a uno le cansa en la vida, le cabrea, le preocupa, le agobia, le da miedo, le molesta... continúa, hoy día 25 de enero, erre que erre sin cambiar. Te gustaría que todo fuera diferente, que desde el principio todo hubiera sido distinto. No, distinto no, al menos normal. O que por lo menos el tiempo nos permitiera un respiro y una esperanza, confiar en los nuestros y tomar una bocanada de aire de normalidad. Y eso que tú ya diste tus pasos, pero, aun así, qué va, erre que erre...
Y la otra, porque este blog es otra herramienta más para desconectar de esas mierdas que nos trae la vida. Buscamos medios continuamente para la evasión, para quitarnos del medio por unos momentos y abstraernos en algo que no nos machaque la mente. Y gracias a estas pequeñas cosas conseguimos que nada sea tan grave. Siempre creíste que esas tus mierdas eran las peores, pues no, no hay nada tan grave, salvo lo que ya sabemos.
Erre que erre es una compañía barcelonesa que trabaja desde 1996. Avalada por premios y giras por todo el mundo, se definen como un colectivo de colaboradores que experimenta y crea nuevas formas de concebir la danza y el movimiento. Tuve el placer de verlos en La Casa Encendida de Madrid hace tiempo. Ya no me acuerdo de qué obra era, pero recuerdo que me encantó: su escenografía, sus tacones, sus vestiditos, sus movimientos enérgicos, una que provocaba directamente al público, muy bien preparados físicamente, buenos contacts, etc. Pero al día siguiente me llevé uno de mis mayores cabreos como espectadora. Salió la crítica en El País y según mi criterio no acertaba en nada, era una pieza distinta a la que yo había visto. Me cabreé porque no se entendía en este país la verdadera danza contemporánea, lo de siempre.
Más tarde llegó a mis manos un DVD de la revista Travelling sobre cortos. En él me sorprendió Divadlo, un cortometraje de Guillem Morales centrado en esta compañía. Las posibilidades del cine a los pies de la danza. Con todos sus medios, vemos cómo baila este grupo, uno a uno y en conjunto, podemos detenernos en sus movimientos y disfrutarlos bajo la mano del cine.
Espero verlos pronto en escena.
Y a mi "erre que erre" personal por lo menos lo he perdido de vista este rato.
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