martes, 27 de mayo de 2008

El movimiento de las cosas. Vidal y José Luis Sampedro


Una de las primeras frases del último libro de José Luis Sampedro, La ciencia y la vida, dice: "... para dialogar es imprescindible parar, librarnos de afanes cotidianos, de la vorágine que nos aturde". Anoche oía en una entrevista a este sabio escritor. Es más bien un sabio de la vida, lo que pasa es que como pocos tiene el privilegio de necesitar escribirlo y de hacerlo bien.



Vidal (para mí, Nacho) retrata muy bien las paradas del movimiento sugerente de la vida. La fotografía puede ser detener el tiempo, eso ya lo sabemos, pero él lo detiene en movimiento; sus fotografías mantienen una estela de movimiento no sólo de lo que retrata, sino de un movimiento reflexivo.






Ambos mueven sus cosas, sus mentes, sus ojos, sus reflexiones o sus no reflexiones. Y digo mueven las "cosas", porque mueven lo cotidiano.


José Luis Sampedro está descontento con el mundo, con este mundo, con esta vida. Es un activista de la libertad, es un activista de la comprensión al otro, es un activista del movimiento de las mentes.


Nacho Vidal mueve sus pupilas, quién sabe si con una reflexión previa. Pero las mueve hacia imágenes que desde lo cotidiano le mueve algo en el coco. No sólo transmiten belleza, sino que transmiten esa libertad de elección de lo que podemos atrapar de la vida.







Ambos se mueven en códigos de libertad, porque sus mentes creen en ella y sus vidas además la retratan.


Atrapar las cosas, generar acción. Tanto uno como otro generan acción, y lo mejor de todo es que tal vez no son conscientes. La acción y el movimiento producidos desde las cabezas reflexivas, los ojos atentos, las mentes alerta... hacia lo cotidiano de la vida, las cosillas del hombre, del ser humano y la sociedad en la que se maneja.


José Luis Sampedro dice que la sociedad occidental está al borde de un infarto. Un infarto producido por un egocentrismo terrible. El infarto es la mayor expresión del frenazo temporal y de acción. Es un bloqueo, es un fin de movimiento y de vida. Estoy de acuerdo... Sin embargo, quienes reflexionan y hablan sobre esa sociedad, o la retratan, a ella y a sus individuos, están tendiendo unas venas hacia ese corazón, para que no deje de palpitar, porque no habrá infarto social si miramos al otro, si sacamos la vista de nosotros mismos. Dos miradas rebeldes que enfocan, retratan y critican desde la inteligencia y la alegría.



Porque eso también es importante: enfocar la vida, aunque sea para criticar o reflexionar, con alegría.


Y es que a mí no sólo me interesa el movimiento de mi cuerpo o del resto. Necesito mover todo lo demás; sin mover la mente no movemos ni nuestro cuerpo, ni nuestro espacio, ni nuestro tiempo como es debido. Y para mí el movimiento está profundamente ligado a las imágenes, y lo que éstas te transmitan, y a las reflexiones, y, por supuesto, a la escritura.

lunes, 26 de mayo de 2008

Improvisación Lavapiés


En las improvisaciones, mientras unos bailábamos otros improvisaron una barra de ballet.















Los niños dieron bastante la lata, pero hay que ver qué guapos están así quietecitos y sentados. Se lo pasaron mejor que nadie.


¿Meter la cabeza para no ver, para buscar algo, para buscarle sentido a lo que hay dentro, para esconderla y que no nos vean, para qué?



Los carritos eran un recurso de imagen, las interpretaciones pueden tener que ver con las jornadas agroecológicas que allí se celebraban, pero eso ya queda a elección del espectador. Nosotros sólo propusimos imágenes y movimiento.

sábado, 17 de mayo de 2008

Los temas eternos versus Roberto Oliván

[MÁS sobre Roberto Oliván]








Cómo es la vida. A veces a los incrédulos y escépticos nos pone en situaciones en las que dudamos si existan o no las casualidades.





Llevo unos días dándole vueltas y conversando sobre los temas eternos que se cuestiona el ser humano. Le doy vueltas y encuentro respuestas, aunque, como siempre, más preguntas. Eso está bien.



El caso es que al mismo tiempo estoy investigando de nuevo sobre Roberto Oliván, sus creaciones, su idea de la danza y del arte escénico. Y me encuentro con unas palabras que definen e introducen el tema de su última pieza, para el Centro Coreográfico Gallego, El kiosko de las almas perdidas. No quiero añadir más a lo que en ellas se dice, porque justo es no sólo lo que nos planteamos todos, sino que en estos días es uno de los centros de atención de mi cabecita.


"¿Estamos seguros de que estamos viviendo nuestra propia vida de la manera que desearíamos? ¿Estamos en el lugar correcto y del modo adecuado?...

Éstas son preguntas con una incertidumbre asombrosa... Sus respuestas son quizás la base de nuestra felicidad más profunda. Pero obligan a analizar, estructurar y cuestionar asuntos de alta complejidad relacionados con esa red social invisible que nos une a todos los seres humanos como especie.

Hay tantos modos de ver las cosas como individuos existentes. Cada modo personal va dado por unas ciertas experiencias personales que nos llevan a percibir esa realidad delante de nosotros de esa manera tan peculiar.

Estamos condicionados enormemente por todas esas normas de conducta que supuestamente deberían funcionar para todo el mundo. Pero eso solo se ajusta a una realidad parcial. Probablemente a la realidad más práctica relacionada con la organización y el control social.
Lo cierto es que la diferencia entre el individuo y la organización social es abismal. La organización social obliga a ceñirse a normas y regulaciones. El espíritu humano tiene otras premisas esenciales más relacionadas con la busqueda incansable de la felicidad. Y ésa, una vez de nuevo, viene condicionada por necesidades muy personales y diferentes en cada individuo. Diferencias todas válidas y justificadas, por tanto respetables.
Sexo, dinero, satisfacción personal, familia, profesión, supervivencia, tranquilidad, comodidad, trabajo... todos estos son conceptos y términos muy actuales y presentes en la vida cotidiana. La invasión de imágenes, ideas, opiniones, exigencias por una justicia evidente... simplemente nos desbordan en cualquier lugar en donde haya presencia de seres humanos. Sensaciones de ser utilizados e incrustados en una máquina social que habitualmente no devuelve satisfacción ni sensación de plenitud. Pero el instinto humano sigue siendo más fuerte que todo esto junto. Seguimos luchando por encontrar la felicidad deseada de la misma manera que las raíces de un árbol siguen rompiendo el asfalto construido en su superficie.
"Kiosko das Almas perdidas" nos acerca a ciertas realidades paralelas dentro de las fantasías personales de cada persona. Nos muestra cómo esos pequeños momentos de felicidad dan sentido a nuestra existencia aparentemente insignificante en algunos momentos."




"Éste es el punto de partida para una nueva generación. Una generación de Almas Perdidas. Un estado de cuestionamiento personal y al mismo tiempo colectivo ponen en duda si lo prioritario es la vida palpable o la vida paralela de las ideas y deseos. Un estado de revolución espiritual en donde lo ya vivido pasa a ser una premisa de validez cuestionable."

lunes, 5 de mayo de 2008

Las manos


Tengo las manos muy pequeñas. Seguramente no podría haber tocado el piano. Sin embargo se puede bailar aunque se tengan las manos pequeñas. Pero el trabajo es doble. Acercarse a como tienen que ser las manos en danza contemporánea es todo un mundo, en mi caso, por el tamaño, tal vez un medio mundo o un megamundo. Pero eso no me hace desistir; sigo buscando el camino de mis manos, o ellas lo están buscando.

La danza clásica deja claro cómo debe ser la posición de sus manos: entreabiertas, con los dedos como si fueran a asir algo pero suaves y con una leve curva que venga de la muñeca.

En los inicios del contemporáneo estas formas se mantuvieron y vemos manos excesivamente líricas, como con aleteos suaves tipo de lago de los cisnes.

Luego la danza contemporánea en todas sus fases ha ido interpretando las manos. Martha Graham incluso las contraía al igual que contraía todo el cuerpo, pero no sólo las contrajo generando una especie de cuencos en ellas, sino que también daba la posibilidad de abrir las palmas hacia el exterior como muestra de energía con los dedos levemente abiertos.
Sí, las manos son la punta y el origen de la energía. La ofrecemos por medio de los dedos que son prolongación de las palmas y éstas a su vez de los brazos.

En ocasiones se interpretan las manos contemporáneas como algo que ha de ser lineal y rígido, aunque todo depende mucho de qué corriente estemos hablando (Limón, Release, Cunningham, etc.). Sí, la línea es fundamental, pero porque en general para la danza las líneas son fundamentales. Pero esa línea se puede conseguir sin encorsetar las manos. Por aquí empiezan los problemas: debemos aparentar suavidad, mostrar que en nuestras manos hay aire, que nuestras manos amasan un aire denso, amasan lo que las rodea, pero con suavidad no con rigidez (vemos por ejemplo la foto de Doris Humphrey).
Asimismo, las manos son prolongación de los brazos, lo que significa que no sólo no podemos cortar la energía en la muñeca, sino que el movimiento no puede generarse a partir de ellas, ni siquiera de los brazos, sino de más atrás, de los omóplatos. Una fuerza que venga de algo más profundo y que no resulte forzado.
Pienso en manos que me llegan, que tienen esa fluidez, esa suavidad y al mismo tiempo esa vida, esa energía en los dedos. Normalmente las manos que se me vienen a la cabeza veo que forman un todo con los brazos, es decir que sus brazos también transmiten; su todo desde la espalda hasta los dedos. Pienso en las manos-brazos de Michelle Man, de Teresa Nieto, de Ángela Rodríguez (éstas muy reinterpretadas, pero personales y bellas).
Y si hablamos de brazos, como sabéis, no puedo evitar de nuevo nombrar los de Pina Bausch.
Vuelvo a poner el vídeo de Cafe Müller. Si vemos esas imágenes, sus manos en ocasiones como digo yo aletean un poco pero tienen esa fluidez y suavidad que viene de unos brazos largos y elegantes. No se quedan en el aleteo, muestran la energía que viene de más lejos y que pasa por los dedos hasta llegar a no sabemos dónde.
Michelle describe o explica a veces el movimiento de los dedos y las manos, o lo que deberían mostrar, no sólo como una parte del cuerpo que ofrece energía y que amasa aire denso, sino que incluso debe parecer, o debemos sentir, que sutilmente tocamos una tela de araña. Ahí es donde entendemos la vida que deben tener los dedos, que no pueden morir.
Si mueren nuestras manos, si las dejamos relajar en exceso o si las ponemos demasiado rígidas, muere todo el movimiento, cortamos todo el movimiento en ellas.
Algo más en que pensar para que nuestro movimiento tenga la mayor vida posible.




sábado, 3 de mayo de 2008

Improvisaciones para una vida bailada


Un elástico, crear espacios, plazas de Madrid, gente conocida y no tanto, ojos que miran, silencio y sonidos de la calle, tensamos la goma, tensamos la cuerda, la aflojamos, la pisamos, nos tocamos, nos miramos, aceleramos los ritmos, corremos cuesta abajo y frenamos los pies para volverlos a soltar, a saltar, a deslizar, a dejarlos llevar... Los brazos no son nuestros, son de nuestros cuerpos, los ojos no son tuyos, son de nuestros cuerpos, la piel estaba para el sol, pero era de nuestra respiración, de los sentimientos.
Nos coreografiamos sin pensar, sólo creamos las imágenes que los instintos nos apuntan, y seguimos bajando la cuesta. Procuramos pausar los tiempos y esas imágenes que por gustosas las creemos bellas. No sabemos cómo se ve desde fuera pero eso no importa porque si lo estamos disfrutando algo de esa energía llegará a la gente que nada espera.
Fue una improvisación en la plaza del Reina Sofía y en la Cuesta de Moyano. Es una foto de Pollobarba, mi querido fotógrafo.
Y recupero unas frases del mensaje del Día Internacional de la Danza:
"La danza es el espejo que refleja lo imposible hecho posible, para que todo el mundo pueda tocarlo, sentirlo, escucharlo y experimentarlo."
"Cada vez que nuestras manos tocan, ocurre algo bello. Lo que el alma recuerda, el cuerpo lo representa a través del movimiento. Por ello la danza es la fuerza curativa a la que todos podemos acceder, tú eres mis ojos y yo soy tus pies."
Y hoy que es un día de recuerdos, y hoy que soy recuerdo e imágenes vividas y queridas tengo la suerte de saber que mi cuerpo puede sentir que lo baila todo, hasta los recuerdos...
Porque quienes bailamos la vida pulimos con el movimiento las aristas que ésta nos va dejando en el alma, podemos limar los picos feos para dejar suaves y bellos hasta los recuerdos.