Hoy he descubierto algo más en Klimt.
La maravillosa exposición de la Juan March La destrucción creadora
descubre una dura etapa de su creación, en la que su modernidad filosófica y estética se vio injustamente criticada y marginada. No es difícil valorar hoy esa estética y ese pensamiento modernos. Sus figuras muestran en movimiento el ciclo de la vida, de la naturaleza, la creación y la muerte, la búsqueda de la felicidad...; en definitiva, las preguntas que llevan asolando al ser humano a lo largo de sus siglos de existencia. Personajes "sufrientes" o en destrucción, sugestivos o enérgicos, pero siempre en posturas vivientes. Y digo movimiento, porque, a pesar de ser dibujos algo planos, siempre muestran actitudes naturales, orgánicas y evocadoras. Y esto es lo que descubro hoy en Klimt, con la exposición, y que me permite conectarlo con la danza contemporánea. Lo orgánico, el sentido de naturalidad en los movimientos, de evocación del mundo interior de quien los transmiten o crean. La modernidad, lo contemporáneo y la belleza; hoy todo en uno: Klimt. Al margen del significado de la pintura, la figura de la izquierda, de su obra Medicina, es casi una fotografía de una bailarina contemporánea. Deja caer la cabeza en controlado relax, muestra el pecho en release y rompe la cadera, mientras extiende el brazo hacia una serie de figuras flotantes y entrelazadas, de cuyo dolor escapa, que la atraen desde ese devenir natural y orgánico de la vida.
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