Hoy me he encontrado con una persona muy especial en el metro y por ello me veo animada a incluir algo a lo que llevo días dando vueltas. El profesor que sustituye a esta gran maestra (Michelle) montó una coreografía sobre la base de un vals, típico movimiento ternario... Nunca me ha gustado el vals, el de salón, sin embargo si se personaliza y se aprovecha para crear contemporáneo tiene muchas posibilidades. La cuestión es que cuando lo bailamos por primera vez me acordé inmediatamente del maravilloso Jazz Suite No. 2, Waltz 2 de Shostakovich, que aparece (para más señas) en la película de Kubrick Eyes Wide Shut. No he conseguido colgar aquí un fragmento de la misma, desgraciadamente. Una película estética ante todo, cargada de imágenes sugerentes y con una música fascinante como la de cada una de las películas de este director. Este vals invita al movimiento, a los desplazamientos y a la apoteosis. Y gracias a esas clases que he recibido últimamente consigo recordar, unir y ampliar conceptos de la danza, el cine, la música clásica, etc. De nuevo la danza como fuente inagotable de sensaciones y conocimientos.
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