Porque hay piedras que guardo... es una obra colectiva. Michell Man da la cara, da el cuerpo, da la expresión, pero junto a ella hay un trabajo coral, con la iluminación, la proyección y la música como elementos que acompañan y definen una obra de gran peso.
Pero es que Michell es mucha Michell. Nuestros ojos son como una cámara de cine o fotográfica y por tanto nuestros ojos (la cámara) la quieren. Seduce al objetivo, con expresiones variadas, contenidas, muy íntimas, muy sutiles pero de gran fuerza.
Está muy hermosa, está preciosa. Su fuerte expresividad dialoga con nosotros, nos cuenta cosas sobre sí misma, sobre su pasado del que trae piedras, del que arrastra recuerdos (con las cintas de un vestido imprescindible para una obra así). Recuerdos que revive desde un presente a veces con miedos, a veces con ilusión e inocencia, pero siempre con serenidad.
Michell se mueve delicada, sutil y evocadora. Con la sensualidad y la emoción de lo calmado, de la pausa de lo bien hecho, proyecta con su danza el reflejo de la mirada hacia su interior. Se deja seducir, al mismo tiempo que seduce, por un foco que apunta a unos pies, a unas manos y a unos ojos infinitamente bellos.
Aparentemente no hay una gran complejidad técnica, aunque cuando se desata en movimientos enérgicos (fantástico el suelo en el que se sacude y remueve sobre la arena), combinados con un release y un cuerpo suelto pero sólido, demuestra la fortaleza de sus aptitudes técnicas. Hay más bien una dificultad en el tempo, un controlar y dosificar "de a poquito", con unas manos que palpan y rodean y amasan el aire, con unos pies que no sólo pisan... Un cuerpo y una expresión en definitiva serenos pero pendientes de lo sutil de una danza de sensaciones y emociones ocultas.
Y es que desde que entramos en el teatro ya estamos ante una danza de los sentidos; nos recibe un olor a incienso, después la vista se recrea en su rotunda presencia ayudada por una maravillosa iluminación, el tacto no se queda en la cercanía de sus dedos a todo el espacio y objetos que la rodean, sino que además se ve apoyado por un vídeo en el que la disfrutamos cuando acaricia la pared de un monumento. Oímos además una música de componentes cotidianos, que sugieren y apoyan el contenido íntimo. Y así todos los sentidos de los que ella nos hace partícipes, porque se recrea en ellos, la primera, para que descubramos de su mano (qué manos) la importancia de las sensaciones en la vivencia de nuestra historia, de nuestros recuerdos, impresiones y sentimientos. Así, Michell activa y baila los sentidos, activa lo íntimo, activa lo personal y, por tanto, lo universal.
sábado, 17 de febrero de 2007
jueves, 15 de febrero de 2007
Hablar sobre danza, hablar de uno mismo
Hace unos días quedé con mi amiga O.
Disfrutar de la danza es también disfrutar de hablar de ella. Con O puedo hablar de los brazos firmes pero relajados, del dichoso centro o del pie de base, de los giros, de lo interesante que nos resulta el contact, del mundo laboral en el que ella con tanto esfuerzo se quiere abrir paso, de los profesores en común y de los que no compartimos, de los alumnos, de la competencia.... y de mil cosas más. Con ella y con E compartí largas horas de ensayo y creación. Ése es otro tema, pero crear y sufrir ante la sequía de la creación que no llega, compartir un sándwich en medio de los ensayos de fin de semana, vivir los roces, las pasiones que deseamos mostrar, las dudas y la definitiva puesta en escena une más de lo que creímos en su momento. Cuando hablo con ella hablamos en imágenes, porque nos reconocemos en ellas, hablamos con pocas palabras y muchos sentidos, hablamos la mayor parte del tiempo de danza, pero siempre siempre hablamos de nosotras. Hablar de la danza que hacemos es hablar de nosotras mismas; es enfrentarse a uno mismo. Porque bailar es ser uno mismo en todos los sentidos.
Disfrutar de la danza es también disfrutar de hablar de ella. Con O puedo hablar de los brazos firmes pero relajados, del dichoso centro o del pie de base, de los giros, de lo interesante que nos resulta el contact, del mundo laboral en el que ella con tanto esfuerzo se quiere abrir paso, de los profesores en común y de los que no compartimos, de los alumnos, de la competencia.... y de mil cosas más. Con ella y con E compartí largas horas de ensayo y creación. Ése es otro tema, pero crear y sufrir ante la sequía de la creación que no llega, compartir un sándwich en medio de los ensayos de fin de semana, vivir los roces, las pasiones que deseamos mostrar, las dudas y la definitiva puesta en escena une más de lo que creímos en su momento. Cuando hablo con ella hablamos en imágenes, porque nos reconocemos en ellas, hablamos con pocas palabras y muchos sentidos, hablamos la mayor parte del tiempo de danza, pero siempre siempre hablamos de nosotras. Hablar de la danza que hacemos es hablar de nosotras mismas; es enfrentarse a uno mismo. Porque bailar es ser uno mismo en todos los sentidos.
domingo, 11 de febrero de 2007
Catherine Diverrès (Solides)
"Una base pedagógica en la que se explican ciertos aspectos de la danza, la historia de sus fundamentos, y conceptos como el espacio, el tiempo, el minimalismo y el expresionismo." Así explica la coreógrafa su obra.
Efectivamente, lo interesante de la pieza es la pedagogía. Disecciona las partes que ella considera fundamentales en la configuración de esta danza con el paso del tiempo. Como si estuviéramos viendo ejercicios de clase, se nos explica con movimientos, narración y la ayuda de una pizarra la danza por acumulación, la influencia de Cunningham, la danza libre, la de flujo, etc. etc. Tal vez se queda en la distancia, propia de un discurso educativo, y transmite lo justo en lo que nos reconocemos los que sabemos de la danza contemporánea. Porque gusta vernos reflejados en lo conocido, como cuando leemos un libro y nos reconocemos. Pero hay distancia, no hay un salto de lo puramente educativo a la transmisión de algo más allá. En una clase somos conscientes de la importancia de los ejercicios unas veces más "duros" otras más relajados, por ejemplo, pero también en una clase podemos sentir a pesar lo mecánico del ejercicio. Y eso es lo que me faltó. Eso y algunos nombres que buscaba en la maraña de nombres que los bailarines apuntaban en la pizarra.
Un espectáculo necesario y muy digno, con unos bailarines que se clavan en al suelo, pero que me deja un gusto frío. La frialdad de lo que pudo dar más de sí.
Efectivamente, lo interesante de la pieza es la pedagogía. Disecciona las partes que ella considera fundamentales en la configuración de esta danza con el paso del tiempo. Como si estuviéramos viendo ejercicios de clase, se nos explica con movimientos, narración y la ayuda de una pizarra la danza por acumulación, la influencia de Cunningham, la danza libre, la de flujo, etc. etc. Tal vez se queda en la distancia, propia de un discurso educativo, y transmite lo justo en lo que nos reconocemos los que sabemos de la danza contemporánea. Porque gusta vernos reflejados en lo conocido, como cuando leemos un libro y nos reconocemos. Pero hay distancia, no hay un salto de lo puramente educativo a la transmisión de algo más allá. En una clase somos conscientes de la importancia de los ejercicios unas veces más "duros" otras más relajados, por ejemplo, pero también en una clase podemos sentir a pesar lo mecánico del ejercicio. Y eso es lo que me faltó. Eso y algunos nombres que buscaba en la maraña de nombres que los bailarines apuntaban en la pizarra.
Un espectáculo necesario y muy digno, con unos bailarines que se clavan en al suelo, pero que me deja un gusto frío. La frialdad de lo que pudo dar más de sí.
viernes, 9 de febrero de 2007
A muerte
Hace unos días alguien muy cercano a una de mis personas más queridas se ha ido. La incomprensión, la impotencia y el dolor más profundo se aparecen sin pedir permiso. No hay consuelo, las palabras se quedan cortas, los gestos suavizan lo que luego a solas no consiguen eliminar.
Si digo que tenía amor en su vida, no consuela, si digo que era feliz, menos, si, si, si... Nada, nada porque la muerte es la más puta de las invitadas a la vida.
Provisional Danza definió así su coreografía A muerte. Y lo leo y miro la imagen y pienso en el amor, en quien se queda fuera de ese camino a no sabemos dónde. Pero sí, había y aún hay amor.
Hoy necesitaba hacer un homenaje, a mi modesta manera, a quien realmente ha perdido. Y por supuesto a mi querida hermana. Te quiero.
Si digo que tenía amor en su vida, no consuela, si digo que era feliz, menos, si, si, si... Nada, nada porque la muerte es la más puta de las invitadas a la vida.
Provisional Danza definió así su coreografía A muerte. Y lo leo y miro la imagen y pienso en el amor, en quien se queda fuera de ese camino a no sabemos dónde. Pero sí, había y aún hay amor.
Nada es seguro en la vida, excepto la muerte.
Vivir a muerte. ¿Es justo enunciarlo así?
Todos vivimos ocultando la muerte. Ocultándonos unos a otros.
¿Qué podría interesarme si me quedara un mes de vida?
¿Qué ideal qué causa qué bandera qué mujer qué hombre qué deseo qué palabra qué canción qué lucha me levantaría de mi cama?
No sé si quiero vivir a muerte.
Lo que quiero es morir con vida.
(José Javier Morata)
Hoy necesitaba hacer un homenaje, a mi modesta manera, a quien realmente ha perdido. Y por supuesto a mi querida hermana. Te quiero.
sábado, 3 de febrero de 2007
Escena contemporánea
No hay que decir que hace mucho que no escribo. Normal, al ímpetu del principio le sigue la espera a recibir algún comentario y a ésta el pequeño desánimo. Pero nos pasa a todos los blogueros.
Sí quería recomendar el festival de Escena Contemporánea 2007. Música, teatro, danza, ciclos... He visto otros festivales posiblemente mejores, pero siempre que hay uno, hay que intentar verlo y luego juzgar.
A disfrutar de él.
Sí quería recomendar el festival de Escena Contemporánea 2007. Música, teatro, danza, ciclos... He visto otros festivales posiblemente mejores, pero siempre que hay uno, hay que intentar verlo y luego juzgar.
A disfrutar de él.
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