sábado, 14 de junio de 2008

Hay formas y formas. Ensayos con Michelle



Es cierto que simplemente es un festival de fin de curso, para el que no hay grandes pretensiones.


Pero Michelle le pone la misma pasión que si fuéramos a actuar en un gran festival, y, por lo tanto, nosotros hacemos lo mismo.


Para mí es muy curioso su método, acostumbrada a que aunque se trate de una muestra de este tipo siempre he vivido ensayos con mucha disciplina, con muchas horas detrás, con exigencias en horarios y búsqueda de "cierta perfección".


Michelle resuelve, ésa sería la palabra, sabe resolver, en primer lugar porque su mente se mueve rápida y sagaz e inteligente por las imágenes que busca. Resuelve y aprovecha. Aprovecha el poco tiempo que hay, aprovecha los recursos de los participantes (está abierta a sus sugerencias en todo momento) y su disponibilidad, aprovecha incluso lo que la coreografía le va dando, las energías. Por eso es rápida, muy rápida. No sólo va creando ciertas cosas sobre la marcha, bajo imágenes prefijadas, que mira y remira para que queden bien, para que nos queden bien, sino que las crea para y por nuestra diversión.


No está el gran ego del coreógrafo que ve en la muestra de un festival su lugar de exhibición a costa de lo que sea. Michelle sabe que si no nos transmite esa energía, ese positivismo, esa confianza en nosotros, en nuestras energías, en nuestras capacidades... nosotros no las transmitiremos en escena.


Yo nunca había participado en una coreografía con ella. Pero ya me habían advertido del placer que hay en ello.


Y nos pregunta, y se deja sugerir, y se entrega, todo ello sin perder la autoridad.


Es una vuelta de tuerca más a su método pedagógico, del que ya he hablado en otras ocasiones. Me recuerda a ciertos métodos de enseñanza alternativa, que para algunos podrían no funcionar. Porque hay métodos en los que la disciplina, la gran autoridad del superior y de los materiales de apoyo son las únicas armas, métodos en los que el grito, las obligaciones, las exigencias son las únicas formas de enseñanza. Pero, no, de nuevo vemos cómo hay otras formas que pueden funcionar, pueden funcionar pero tal vez porque alguien como Michelle cree en esas formas alternativas.


Partir de la pasión y el entusiasmo y las ganas por bailar, sea donde sea, tanto ella como nosotros, y no olvidar en ningún momento esa prioridad, aunque tengamos que llegar en un ocho o salir en un cinco. Y es que creo que no todo el mundo es capaz. De nada sirve un método de enseñanza alternativo en manos de quien no cree en él, de quien no confía más que en sí mismo y no en sus alumnos.



Michelle cree en nosotros y eso se transmite desde el primer día.


Michelle se entrega en tiempos reducidos, en coreografías que adapta a un nivel común, en la búsqueda del disfrute sin grandes ambiciones técnicas. Y no lo dice, todo esto no lo dice, pero lo transmite, lo vamos viendo, y nos vamos dejando llevar, porque vemos cómo se van plasmando sus imágenes en un grupo homogéneo, unido por una gran energía, la que da pasarlo bien.


Y nos dará tiempo hasta para limpiar, nos dará tiempo a tener las cuentas claras, etc. ¿Cómo? No lo sé, creo que porque bajo sus manos las cosas fluyen con mayor naturalidad para que la asimilación sea más sencilla.



Hay formas y formas de crear, de enseñar, de transmitir, pero tal vez sólo funcionen con Michelle porque ella lo hace así porque es así. Danzamos como somos.


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