viernes, 9 de octubre de 2009

Noelia

Foto: José Ignacio Vidal: http://www.flickr.com/photos/pollobarba/
Aquí estamos las dos, en la Noche en Blanco. Qué gusto, Noe...

"Me gustan tus ojos...". Ésta fue una de las frases que me enamoró de ti cuando hicimos aquella pieza. Me enamoró, a mí y a todos, tu forma de decirla, de expresarla, de pestañearla, moviendo las manos, avergonzada y picarona.
Tus ojos grandes, dispuestos a observar, aprender, absorber, escuchar. Y como con los ojos te expresas con muchas otras partes de ti. Dices que te cuesta expresarte con la palabra y cierras la voz por si acaso, sin darte cuenta de que ya expresas con muchas otras cosas tuyas. No tengas miedo, porque si eres capaz de transmitir con todo tu cuerpo tanto como transmites, la voz, la palabra, es un órgano más, déjalo fluir como fluyes el movimiento.
Encandilas con tu mirada, tus manos bellas y tus brazos fuertes, tu ritmo absolutamente dinámico, enérgico y adecuado, tu fluir natural, como un animal, fuerte pero adaptado al medio, flexible y generoso con el espacio que lo rodea, con el suelo, con la piel del otro, con el espacio que abres con la mirada.
Noelia, expresas tanto con el cuerpo, eres tan potente, tan generosa bailando que debemos pedirte más porque atrapas con tu derroche de energía y tu entrega y disfrute, sin llegar nunca a la exageración. Te pido más.

Y además eres tú, tú en tu planeta. Así de tierna, allí en tu mundito, que resulta curioso verte leona en escena. Tu planeta de pensamientos a solas, de reflexiones varias, estoy segura de que llevas al suelo de una clase o de un escenario. Allí lo llevas todo, y es tu medio, querida felina, es tu selva, tu jungla particular, donde pisas segura, aunque camines por la ciudad de otra forma, ahí, bailando, pisas suave y con peso, sigilosa y contundente a la vez. Pisas retozando, jugando, riendo, peleando, suspendiendo, bailando, bailando, bailando...

Es un absoluto placer verte en movimiento, escucharte a través de tu cuerpo, de tus músculos perfectos. Me llegan tanto tus planetitas mentales cuando bailas, tus mundos interiores, contradictorios, pero realmente tuyos y tan personales, que no dejaría de verte bailar.

Y sé que allí en tu planeta de animales y pensamientos varios me has hecho un hueco. Y sé que sin muchas palabras nos entendemos hermosamente, con miradas y con formas de entender la danza casi idénticas, con formas de entender el movimiento y la escena, el proceso creativo. ¿Lo ves? Transmites tanto con todo tu ser que sólo te falta, felina mía, dar un paso, y como una leoparda atreverte más con todo, sea la palabra o lo que quieras en la vida y en la danza. Tienes un arma de comunicación tan potente que debes explotarlo y creer en él, en ti, en lo hermosísima que bailas, lo fantástica que miras, lo sugerente que te mueves. Llegas, Noe, llegas mucho.

A mí me has llegado desde el primer día y me fuiste enamorando con tu proceso, con tu avanzar en la danza, con tu cada vez más arrolladora entrega a ella. Me tienes encandilada con tu forma de expresión, tu jungla y tus planetas, tu mundo difícil de conocer pero cercano, primario, animal, sensitivo. Me llegas y llegas a todos.

Si me pestañeas con esos ojos y mueves esos brazos, me tendrás siempre en tu planeta para verte bailar entre los árboles de tu jungla.

Te quiere mucho,
Nerea

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