jueves, 23 de octubre de 2008

Poesía

He retomado un librito de poesía de juventud de un antiguo profesor mío, del que mucho aprendí y con cuyas clases más disfruté, Francisco Javier Ávila. En su poesía juega mucho con el lenguaje, con las palabras, se las inventa, como juega con las imágenes, las de las ciudades, la gente y los sentimientos y los cuerpos. Sus palabras bailan también:

Mira sus dedos,
mide si de algo más. Palpa sus sueños
de acción,
la pesadilla misma de su país
conoce con los labios
la inmensa longitud del círculo, pregunta
si no habrá entretenido el curvo rumbo, quiere
que sepan bien dónde tienes los pies y a dónde ladra,
quiere,
que sepan que este baile no es más que un alfiler,
que es casi tanto lujo como una dentellada,
que este giro
tarda mu-
ere y
llega.

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