jueves, 15 de enero de 2009

Danza contemporánea en la Enseñanza Secundaria

Noelia Liébana Gómez llegó a mí a través del correo electrónico. Es una estudiante de instituto de Barcelona. Una adolescente que quería investigar sobre la danza contemporánea y hacer un trabajo con sus tesis e hipótesis. Al contrario que con otras personas que acuden a mí solicitando mi ayuda, inmediatamente quise echarle una mano en la medida en que el correo electrónico nos lo permitiera. Una persona tan joven cuyos estudios no son propiamente de danza y que se interesa por la contemporánea, por saber más y plasmarlo por escrito... Todo ello hacía interesante la ayuda que le pudiera prestar. No así a los "espontáneos" que me piden frases para sus libros, ideas e incluso pasos para coreografías...
Noelia ha aguantado todos mis análisis escritos. Siempre se me quedaban cortos para preguntas tan extensas y generales, a veces, como eran las que me formulaba. La danza contemporánea tiene mucho que decir, y si queremos entrar en su historia, en su técnica, en sus figuras, en su presente en el mundo entero, etc. etc. se hace muy difícil transmitir por mail lo más importante, lo que ayudara a una investigación y exposición de un tema con lógica y sentido. Sin embargo, ella siempre ha recibido agradecida mis comentarios, los enlaces o vídeos que le mandaba, la lista de nombres de compañías, la cantidad de calificativos que aportaba, etc.
La enseñanza actual tiene muchas carencias. Una de ellas es la que hace que los estudiantes sean incapaces de investigar por su cuenta, acostumbrados a técnicas de estudio ancladas en el pasado y sujetas a los libros. Una necesaria capacidad crítica, investigadora y de personal tendencia hacia el aprendizaje por medios propios... Todo eso se ve dificultado por sistemas de enseñanza que no hacen más que impedir el desarrollo de las capacidades que estos adolescentes tienen. No se confía en que las tengan y por tanto acaban por perderlas.
Su tutor le pedía que concretase en tesis más claras, que aclarase las definiciones, y ella me lo transmitía así. Sin embargo, la danza contemporánea no es algo que se pueda despachar en unas líneas, en unas páginas y que se pueda definir con una teoría tan clara como a la que están tanto los profesores como los alumnos acostumbrados a analizar el compendio cultural que "han de tener". ¿Quieren que definamos la danza contemporánea con claves, del mismo modo que se hace cuando se define erróneamente la Generación del 27 o la Guerra Civil española? ¿En cuatro claves que sean fáciles de digerir y aprender? No, no se puede, porque la danza contemporánea, como muchas artes, es una amalgama de muchas cosas. He querido transmitir eso precisamente, que es un compendio y que por tanto debemos acercarnos a ella abstrayéndonos de definiciones prefijadas y matemáticas, que, aunque encontremos puntos en común, es un arte en evolución como evoluciona el ser humano en su vida cotidiana, en sus sentimientos, su relación con el mundo que le rodea, etc. Sí hay ciertos parámetros de los que no se sale, por lo menos la verdadera danza contemporánea. Unas líneas que empezaron hace tiempo (aunque no es tanto) y que se siguen repitiendo, aunque se reinvente el color que se le esté dando. Pero, como algo actual, se mueve natural y sensible al presente del hombre que la está creando y ejecutando.
Por supuesto, me he quedado corta porque carezco de los conocimientos necesarios para poder analizarla, incluso con cifras, estadísticas y más nombres que ella me pedía. Pero en los meses de conversaciones escritas se han repetido algunos nombres, algunas ideas, que ella al final ha sabido tomar sola y sin mayores doctrinas. Y en su exposición incluirá vídeos de Provisional Danza. Y eso me alegra.
[Quiero añadir aquí un vídeo de Miradas 2 sobre la última pieza de Provisional Danza, El privilegio de morir.]


Quizás ninguna de las dos hayamos llegado a lo que nos proponíamos cuando iniciamos nuestras charlas. Quizás el medio de comunicación complicaba las cosas, las carencias de ambas partes y lo extenso y complicado del tema. Pero el simple hecho de que una estudiante de bachillerato quiera incluir en la anquilosada enseñanza pública su interés por la danza y sus ganas de aprender todo lo posible de ella me llena de satisfacción. Espero que gracias a eso, a su "creativa" iniciativa, al menos ella, y espero que también los compañeros que escuchen su exposición, se haya sentido más cerca de algo que todavía en España y sobre todo para el común de los ciudadanos es un arte bastante incomprensible, propio de modernos que hacen cosas raras. Y poco a poco, a través de una enseñanza muerta en muchos aspectos, pero con resquicios de luz que provienen la mayoría de las veces de unos pocos estudiantes, ese ciudadano común se dé cuenta de que la danza contemporánea le puede gustar, porque es algo tan humano como la vida misma.

Gracias Noelia por haberme hecho partícipe de tu luz.

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